En 1998, Nokia se convirtió en la compañía de telefonía móvil de más ventas en el mundo, con ganancias de casi cuatro mil millones de dólares en 1999. Pero, en 2011, las ventas cayeron y la marca fue adquirida por Microsoft. Un factor de su fracaso fue una cultura basada en el temor, que llevó a decisiones laborales desastrosas. Los gerentes no tuvieron valor para decir la verdad sobre el pobre sistema operativo y asuntos de diseño.
El rey Acaz de Judá y su pueblo tuvieron miedo: «se le estremeció el corazón […] como se estremecen los árboles del monte a causa del viento» (Isaías 7:2). Sabía que los reyes de Israel y de Siria se habían aliado, y que marchaban hacia Judá para sitiarla (vv. 5-6). Aunque Dios sacó a Isaías para animarlo, diciéndole que los aviones de sus enemigos no subsistirían (v. 7), el líder insensato decidió aliarse con Asiria y someterse al rey de la superpotencia (2 Reyes 16:7-8). No confió en Dios, quien declaró: «Si ustedes no creen, ciertamente no durarán firmes» (Isaías 7:9 RVA-2015).
El escritor de Hebreos nos ayuda a ver qué significa estar firmes en la fe hoy: «Mantengamos firme, sin fluctuar, la profesión de nuestra esperanza, porque fiel es el que prometió» (10:23). Que en el poder del Espíritu Santo, no retrocedamos (v. 39).