En 2019, una investigación sobre el legado de los creyentes en Jesús reveló que las madres y las abuelas tienen una influencia significativa en el desarrollo espiritual. Casi dos tercios atribuyen un legado de fe a su madre, y un tercio reconoció que un abuelo también tuvo un papel importante.
El informe dijo: «Este estudio habla del impacto duradero de las madres […] en el desarrollo espiritual»; Impacto que también vemos en la Biblia.
En la carta de Pablo a Timoteo, reconoció que la fe del joven había sido modelada por su abuela Loida y su madre Eunice (2 Timoteo 1:5). Este hermoso detalle personal destaca el impacto de dos mujeres en uno de los líderes de la iglesia primitiva. Su influencia también puede verse en el aliento del apóstol: «persiste tú en lo que has aprendido [porque] desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras» (3,14-15).
Un fuerte legado espiritual es un regalo precioso. Pero si nuestra crianza no tuvo la misma influencia positiva que ayudó a formar la fe de Timoteo, tal vez hubo otros que nos impactaron profundamente y ayudaron a moldear nuestro crecimiento espiritual. Y lo más importante es que todos podemos ser un ejemplo de fe sincera a quienes nos rodean, dejando un legado duradero.
De: Lisa M. Samra