Vestíos de profunda compasión, de benignidad, de humildad, de mansedumbre y de paciencia. Colosenses 3:12
Cuando Ignacio pasó de la primaria a la secundaria, los amigos de la primaria se desparramaron por distintas escuelas. Rara vez los veía y su única esperanza de verlos era después de la escuela, pero aun así, ya no se sentía cerca de ellos porque tenían cada vez menos en común. Se sentía cada vez más distanciado de ellos y no encontraba nuevos amigos. Ignacio empezó a sentir que su soledad era una condena a cadena perpetua.
Aun si nunca tuviste que cambiar de escuela, quizá has estado en alguna situación fea en que te sentiste como Ignacio. Pensaste: Nunca tendré amigos de verdad. O pensaste: Supongo que no merezco que nadie me quiera.
No tienes por qué quedarte atrapado en tu soledad. Aunque te sientes condenado a cadena perpetua, puedes librarte de tu “condena” y vivir en un mundo de buenos amigos.
Tema para comentar: ¿En qué ocasiones te has sentido solo? ¿Qué hiciste para resolver tu situación?
La próxima vez que estés atrapado en un cárcel sin amigos, sigue estas sugerencias:
Examínate honestamente. Examina honestamente tu vida. ¿Estás haciendo algo que causa que los demás se alejen de ti?
Consigue ayuda. No tienes que anotarte para tomar lecciones sobre cómo ser encantadora o cómo ser irresistible, pero eso no quiere decir que no te puedas apoyar en alguien para que te muestre el camino. Ignacio se encontró con que su hermano mayor podía darle algunos consejos que lo ayudaron a mejorar como amigo. Y su apoyo lo ayudó a saber que no estaba enfrentando solo su problema.
Sé realista. Tratar de adaptarte al grupo de chicos populares por lo general te hace sentir peor. ¡Determina si estás buscando un amigo o que te crean “alguien”!
Sé amistoso. La cuestión no es tanto conseguir amigos como ser amigo. Ignacio decidió concentrarse en ser afectuoso con los demás en lugar de tratar de convencer a todos para que fueran afectuosos con él.
Ignacio encontró nuevos amigos cuando empezó a acercarse a otros que habían sido marginados. Resultó ser que estos chicos que había considerado fracasados habían sido tan injustamente marginados como él. Sus nuevas amistades no surgieron de la noche a la mañana. Pero fueron posible porque Ignacio tomó pasos pequeños y planeados hacia la formación de nuevas amistades.
PARA DIALOGAR: ¿Qué tal te va con tus amistades? ¿Cómo puedes obtener amigos por ser un amigo?
PARA ORAR: Señor Jesús, ayúdanos a ser la clase de amigos que has sido tú con nosotros.
PARA HACER: A la mayoría le gustaría tener más amigos. ¿Qué te gustaría hacer hoy para ser un mejor amigo para alguien?
McDowell, J., & Johnson, K. (2005). Devocionales para la familia. El Paso, Texas: Editorial Mundo Hispano.